Santos de su devoción
Para cada necesidad específica existe un santo, y algunas imágenes de veneración popular tienen, por tradición, un día para ser visitadas
“Los martes, más que cualquier otro día de la semana, le llueven visitas a San Judas Tadeo, el santo que va caminando con una escuadra (de carpintero) en la mano. Va descalzo y con una expresión que parece decir: ¿Qué me dijo que quería?
Según la tradición apócrifa, este apóstol de Jesús fue también su medio hermano y por eso tiene “buenos contactos” para interceder por los fieles, que suelen visitarlo en su retablo del templo La Merced.
Rostro de Cristo, del templo San Francisco, acompañado de muchos favorecidos y protegido por la reja.
Así hay otras imágenes que bien pueden ser encontradas en cualquier templo católico, pero que mucha gente prefiere buscar en uno específico, y la prueba está en la cantidad de flores y plaquetas de gratitud, de fotografías con nombres manuscritos y hojas arrancadas de cuaderno con una petición o encargo que se encuentran en algunos rincones de la mayoría de templos católicos.
Semana devota
De acuerdo con la tradición popular, los días de la semana se reparten así: lunes, día de visitar al Señor de las Misericordias, réplica del crucificado venerado en Tac Tic, Alta Verapaz, y cuyo santuario está junto al Hospital San Juan de Dios. El martes, San Judas, y miércoles, la devoción se traslada a la capilla del Padre Eterno, del templo San Sebastián, sobre la 3ra. calle y Callejón del Manchén, zona 1 capitalina.
Los jueves son para el Nazareno de la iglesia de Candelaria, en tanto el viernes tiene la veneración del Sagrado Corazón de Jesús. El sábado es día de visitar a la Virgen del Sagrado Corazón, una de las advocaciones más populares.
La fe mueve montañas
Todos los días es posible encontrar a fieles y penitentes frente al Señor del Pensamiento, del templo Santa Clara, o a la Virgen de las Misericordias, de la iglesia de Santa Rosa, que fue la primera catedral de Guatemala después de 1776.
La cabeza de Cristo, a la entrada del templo San Francisco, recibe también muchos ruegos diarios.
Testigo de ello es San Benito de Palermo, el santo de rasgos morenos a quien muchos le piden por sus negocios y proyectos.
Si de problemas difíciles se trata, lo mejor es acudir a Santa Rita de Casia, abogada de las causas desesperadas. Si lo que busca es un buen enamorado, mejor se lo encarga a San Antonio de Padua, y si lo que quiere es que alguien vele por sus niños, mejor va con Santa Ana, la madre de la Virgen María.
A San Judas Tadeo, de La Merced, los creyentes le piden prosperidad y protección para los negocios.
Ninguna religión está libre de representaciones simbólicas, pues todo responde a la necesidad de trascender, del temor del hombre de enfrentarse solo todos los días a los imprevistos del universo y, sobre todo, a lo más pavoroso de lo desconocido”, explica Mario Monteforte en su libro “Las formas y los días”, sobre la iconografía religiosa, vasto sistema simbólico que bien puede ser estudiado como objeto antropológico o simplemente encendido como una vela más junto a las que ya arden frente al santo de su devoción.
Uno para cada día
Los católicos guatemaltecos encuentran en cada día de la semana un espacio para el santo de su devoción.
• Señor de las Misericordias, es visitado los lunes en el templo ubicado junto al hospital General San Juan de Dios.
• San Judas Tadeo. Se le visita los martes en el templo de La Merced.
• Padre Eterno, visitas los miércoles en el templo de San Sebastián.
• El Nazareno de la iglesia Candelaria recibe visitas los jueves.
• El Sagrado Corazón de Jesús es visitado cada viernes.
• Virgen del Sagrado Corazón es una de las más visitadas los sábados.
jueves, 16 de octubre de 2014
lunes, 13 de octubre de 2014
Juan José Arévalo Bermejo
Hace 110 años nacióquien ha sido considerado, por cinco décadas, el mejor presidente que ha tenido Guatemala
Nacido en Taxisco, Santa Rosa, el 10 de septiembre de 1904, Juan José Arévalo Bermejo fue hijo de Mariano Arévalo, agricultor y ganadero, y de Elena Bermejo, maestra de escuela, cuya sensibilidad fue sin duda determinante en la vocación magisterial de Juan José. Ella le enseñó sus primeras letras, pero después cursó la educación media en establecimientos de Chiquimula, Jalapa y Guatemala.
A 53 años de finalizado el período de gobierno de Arévalo, su gestión aún sigue siendo referencia de lo que debe ser un buen gobierno.
Fue en la Escuela Normal para Varones donde obtuvo el título de maestro, en 1922. En 1926, comienza a estudiar la carrera de abogado en la Universidad Nacional de Guatemala, pero no llega a concluirla, pues aquel mismo año viajó a París y publicó un libro de lectura inicial.
“Siendo Presidente de la República el general Lázaro Chacón, quien apoyó muchos esfuerzos por superar el sistema educativo de la Nación, Arévalo obtuvo una beca oficial para realizar estudios superiores de filosofía y pedagogía en el extranjero, y por ello se trasladó a la República Argentina en 1927”, refiere el historiador Augusto Cazali Avila. Obtuvo el título de Doctor en Pedagogía, en 1934.
Regresó a Guatemala, casado con Elisa Martínez, de nacionalidad argentina, quien como Primera Dama realizaría una fecunda obra en el campo de la asistencia social. Entre 1934 y 1936, Arévalo desempeñó un cargo técnico en el Ministerio de Educación, pero debido a la política represiva del presidente Jorge Ubico, se marchó a la Argentina, en donde trabajó para varias universidades.
En 1944, tras la caída de Ubico, fue llamado por antiguos compañeros y amigos, para ser candidato presidencial del Partido Acción Revolucionaria (PAR). Sus méritos intelectuales “lo hacían el hombre ideal para dirigir el destino político de su Patria”, dice Cazali. El 3 de septiembre de 1944, regresó. Recorrió el país haciendo campaña, y en diciembre fue electo presidente, con el 86 por ciento de los votos.
Juan José Arévalo tomó posesión el 15 de marzo de 1945. Desde el principio tuvo la oposición de sectores desplazados del poder o grupos inconformes. Varias veces hubo rumores de golpe de Estado, pero en julio de 1949, el gobierno de Arévalo enfrentó una insurrección del cuartel Guardia de Honor, promovida y dirigida por un grupo de militares y civiles que apoyaban la potencial candidatura presidencial del coronel Francisco Javier Arana, asesinado en una emboscada el 18 de julio de 1949, en el puente La Gloria, Amatitlán. Este movimiento, sin embargo, no tuvo ningún respaldo popular, por lo que Arévalo pudo concluir su mandato y entregar el poder a su sucesor, el coronel Jacobo Arbenz, el 15 de marzo de 1951.
Durante su régimen se pueden señalar como logros: la construcción de escuelas tipo federación, la Ley de Escalafón del Magisterio Nacional, la promoción y difusión de libros y el apoyo a la formación de artistas.
Al ser derrocado el gobierno de Arbenz, Arévalo salió al exilio. Murió en 1990.
Sus escritos
Juan José Arévalo publicó varias obras, entre ellas:
• “Viajar es vivir”, 1933.
• “Escritos pedagógicos y filosóficos”, 1946.
• “Memorias de aldea”, escritos autobiográficos.
• “La inquietud normalista 1920-1927”, 1980.
• “La Argentina que yo viví. 1927-1944”, 1984.
• “El candidato blanco y el huracán”. 1944-1945”
• “Despacho presidencial”, 1980.
• “La fábula del tiburón y las sardinas”, 1959.
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